Una definición. Traición: falta que se comete quebrantando la lealtad que
se debe guardar.
¿Y él? ¿Debía realmente guardar esa lealtad?
¿Quién lo obligaba?
La respuesta es que en verdad no había firmado ningún papel. Y, por eso, me
traicionó.
Bueno, no me traicionó.
Ahora, mientras le doy vueltas al asunto, comprendo que esto no debería haber
pasado, que debería haberlo visto venir. Siempre lo veo venir.
¿Aprender? Sí, está claro que he aprendido la lección, pero… ¿a costa de
qué? Las pérdidas que he sufrido son ya irreparables, a no ser que las repare
el que las ha causado. Y, sinceramente, dudo mucho que eso ocurra. Lo conozco
demasiado bien, y sé que lo hecho, hecho está. Lo perdido se ha ido para
siempre, empujado por la corriente del río de sucesos.
¿Qué se hace cuando a uno lo despiertan bruscamente de un sueño en el que
le habría gustado vivir para siempre?
Todavía estoy buscando la respuesta a esa pregunta. No sé cuál va a ser mi
próximo movimiento. El futuro está en el aire; se huele, se palpa… pero no se
ve ni se conoce. Todo está aún por llegar.
Otra definición. Impaciencia: intranquilidad producida por algo que molesta
o no acaba de llegar.
No estoy impaciente. Lo que tenga que ser, será.
¿Me importa el resultado? No. O sí. Tal vez un poco, por las pérdidas. Pero
no me preocupa demasiado, porque sé que estas pérdidas no son tan grandes como
otras que podría haber tenido. El mal podría haber sido mucho, mucho peor. Ya no.
La última, por favor. Rencor: resentimiento arraigado y tenaz.
No, creo que tampoco guardo rencor. Sin embargo, esto no lo voy a olvidar
tan fácilmente. Lo recordaré, me lo tatuaré en la frente con tinta invisible, y
así nadie lo verá, pero yo sabré que está ahí.
Siempre estará ahí, acechando, vigilando. Velando por mí y por mi seguridad.
No volveré a fallar.
Fallo: falta, deficiencia, error; acción o efecto de salir fallido de algo.
Aer
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