lunes, 12 de septiembre de 2016

El reencuentro

Basado en la película de Frank Darabont, The Shawshank Redemption.

EL REENCUENTRO

En un pequeño pueblo de la costa del Pacífico, donde el olvido forma parte del presente y el ayer se pierde en el fondo del mar, un hombre de unos cincuenta años golpeaba el casco de un viejo bote con un martillo de gemas. El sol brillaba en el cielo, las olas se mecían suavemente en la orilla, acariciándola con sus salados dedos, y, en la tranquilidad que reinaba en aquel paraíso de descanso eterno, este hombre, llamado Andy Dufresne, trabajaba con ahínco, ajeno a las gotas de sudor que cubrían su cuerpo curtido.
No muy lejos de allí, un anciano de piel negra como el carbón, vestido con un traje nuevo, caminaba con insistencia por la arena, sin mirar atrás ni una sola vez, sin perder la esperanza que lo había mantenido con vida más allá de los protectores muros de la cárcel. No llevaba equipaje alguno, tan solo cargaba con su chaqueta en una mano, y en la otra, con un corazón maltrecho. Poco a poco, se iba aproximando a su destino, con cada golpe, con cada ola. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Red se contuvo.
Tal vez fuera un ligero cambio en la dirección del viento, o una leve perturbación en la calma de su soledad, pero Andy percibió algo diferente que le hizo alzar la mirada de su tarea y centrarla en el extraño visitante. Por un momento, Red y Andy  se miraron, sin decir palabra, y el mundo se detuvo para que estos dos hombres, que habían compartido cadena perpetua durante casi veinte años en la prisión estatal de Shawshank, pudieran experimentar la sensación de verse de nuevo, esta vez al amparo de la libertad.
Después, acortando con apenas unos pasos la distancia que los separaba, ambos se fundieron en un cálido y esperado abrazo.

Aer