miércoles, 8 de junio de 2016

Madrugada

MADRUGADA

Era una noche tranquila. La luna, apenas visible por encima de las luces de la ciudad, observaba con su invariable rostro el levísimo movimiento que se estaba produciendo allí abajo. El mundo dormía, pero aquel hombre, una sombra en la madrugada, caminaba resuelto hacia su destino por las solitarias calles que lo acompañaban.
Aer

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