TABULA RASA
La blancura que me envuelve
me abruma. Es como una nebulosa, ondulante, hipnotizante. Me sumerjo en ella
como en un sueño tranquilo, un trance, una adormecedora paz vacía.
Y no pienso; solo me dejo
llevar.
Y no vivo; solo finjo
existir mientras buceo en esta nada albina.
Y no soy, porque, mientras
muero, callada, la vida estalla, y grita, y habla, y se manifiesta en un mundo
donde el anonimato regala su nombre por doquier.
Y no soy, porque mi sangre,
tinta extinguida, no ha teñido de palabras sempiternas la hoja en blanco que
pudo haber sido escrita y nunca lo fue.
Aer
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